¿Por qué lloran mis ventanas?

Esto sucede por la condensación que es un fenómeno que suele ocurrir en invierno ya que tenemos que hacer frente a la combinación de las bajas temperaturas y al aumento del nivel de agua (la humedad).  El contacto entre las frías temperaturas del exterior con los elementos de la ventana (vidrio y perfil principalmente), si éstos no son los adecuados, tienden a aparecer las condensaciones.

Como se ha comentado la calidad de la ventana puede influir notablemente en la condensación. Por tanto, uno de los elementos que influye en que tengamos mayor o menor grado de condensación es la calidad de los componentes de la ventana.

Debemos elegir un buen vidrio aislante cuando renovemos nuestras ventanas, y esto se consigue con un “doble vidrio”, un vidrio exterior + cámara + vidrio interior.

Lo mismo ocurre con el perfil: el material, las hojas de la ventana con sus cámaras de aislamiento, el nivel de impermeabilidad al agua y la ventilación interna del cerramiento son importantes para evitar las condensaciones.

La instalación de la ventana también tiene un papel muy importante. Debe ser muy cuidadosa, ya que la unión de la ventana con la fachada puede ser un punto por el que se filtre el frío o la humedad. Para ello, se recomienda acudir a instaladores profesionales.

En ocasiones, el problema proviene de fachadas mal aisladas, por lo que la solución puede ser mucho más costosa. Se pueden colocar cámaras con elementos aislantes desde el interior de la vivienda o afrontar una obra mayor y reformar la fachada del edificio.

Sin embargo, a veces a pesar de tener una buena ventana y un buen aislamiento en las paredes aparecen condensaciones. En este caso la culpa no es de la ventana ni del aislamiento de la pared, sino de nuestras acciones. Y entre ellas la más común es la falta de ventilación.